La educación cristiana de niños y jóvenes sigue siendo hoy la respuesta esperanzada a una sociedad cambiante, en la que el carisma de Santa Claudina nos inspira y anima en el desarrollo de nuestra misión: educar a la persona, imagen y semejanza de Dios, en su ser único, trascendente y social, solidaria y responsable de sus actos, capaz de comprometerse en la construcción de una sociedad más justa, a través de la práctica de los valores evangélicos, en un contexto pluralista.
Hoy, Jesús-María ofrece educación cristiana de la mejor calidad, y el mejor reflejo de ello son los reconocimientos que hemos recibido por nuestra labor educativa de parte de diferentes entidades de la región y la nación, con la preferencia que su fundadora tenía por los jóvenes, y entre ellos los pobres.