Toda alumna posee una vida, don de Dios; una dignidad única e irrepetible, y, una capacidad de “llegar a ser”: Santa Claudina Thévenet

Han sido infinitos nuestros años de luz, años en lo que hemos experimentado la fuerza del amor cuando la incluimos en todos los aspectos de nuestra vida. Allí, con esta fuerza que emerge, hemos sido testigos del más grande milagro que como personas podemos llegar a tener: una vida con propósito.

El primer proceso formativo de nuestras mujeres se traduce para nosotras en el reto más importante de enseñanza, somos conscientes que dentro de la institución estamos edificando esas primeras bases sólidas que llevarán tatuadas en el alma y por eso nos esmeramos en que sean claras, honestas y teniendo como faro de guía la intención de amar cada instante de crecimiento de sus vidas. Crecer significa creer, crear de acuerdo a su esencia individual y luchar incansablemente por hacer real aquello que sueña y proyecta, pues solo cuando somos capaces de cumplir con nuestra misión de vida, estamos en sintonía para repartir al mundo la magia que cosechamos dentro.

Por esta razón, nos encontramos en el lanzamiento oficial del “MILAGRO» Proyecto de aula que tiene como meta  LA CONSTRUCCIÓN DEL PROYECTO DE VIDA de las niñas y que se desarrollará en una serie de cartillas en las que se realiza una metáfora entre el proceso de crecimiento de un árbol y el  milagro de la vida en los seres humanos, observando cómo desde la semilla logra germinar el fruto que se dona para que otros sean felices. No existe una comparación más bella que percibir cuan alto llega a crecer este ser vivo cuando es bien cuidado desde sus raíces y los frutos que recogemos de él; sanos y ricos, si dedicamos nuestros esfuerzos a su proceso de crecimiento.

¡Somos quienes creemos que los corazones llenos de propósito y abundancia, serán los que lograrán transformar cada partícula negativa de nuestro mundo!